lunes, 31 de agosto de 2009

Remasterización cintas de los Beatles

Los Beatles tomaron por asalto la música pop en 1962, con un sonido vibrante, rítmico, contagioso; unas notables armonías vocales y un talento innato para acuñar formidables estribillos. Los Beatles traían un bienestar instantáneo; contagiaban un optimismo que le puso color a la gris Inglaterra de posguerra, para luego revivir a unos EE UU aún shockeados por el asesinato de su presidente, y más tarde diseminarse por todo el mundo, un mundo necesitado de volver a reír, a creer, a amar. Pero un buen día John Lennon, Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr dejaron atrás las giras maratónicas y usaron su fama para crecer como músicos. Y como todo lo que hacían tenía un eco universal, de la mano de álbumes como Revolver y Sgt. Peppers el rock entró un nuevo período de madurez creativa. El sueño terminó en abril de 1970 cuando los cuatro músicos, ya hombres, reclamaron el derecho a vivir sus vidas sacándose de encima el peso de su leyenda.

No obstante, las cuatro décadas transcurridas sirvieron para comprobar que su legado trasciende las generaciones, y si algo faltaba para certificar su carácter atemporal, ahora toda su discografía retorna con un brillo renovado.

Cuando EMI dio luz verde para la remasterización de los trece álbumes que los Beatles grabaron entre 1963 y 1970, además de las dos recopilaciones de singles y EPs Past Masters, una cuestión decisiva era hasta dónde meter mano en estas grabaciones clásicas. El criterio del coordinador del proyecto, Allan Rouse, y de su equipo de técnicos, fue respetar al máximo lo que los Beatles registraron en el estudio, incluso los ruidos accidentales "orgánicos" como el rechinar del banquillo de la batería o la vibración de un atril. También se respetaron las decisiones del productor George Martin y de los ingenieros de sonido de la época, quienes trabajaban en condiciones técnicas muy distintas a las de hoy. Lo que se corrigió fueron los "accidentes no buscados", como los pops de las voces o la entrada a destiempo de una sobregrabación en Day Tripper.

Los nuevos masters -realizados a partir de las cintas multipistas originales analógicas- revelan una nueva dimensión en todas estas canciones que muchos conocíamos de memoria. Aparecen tintes sutiles en las armonías vocales y en los coros, detalles que pasamos por alto en el interjuego de las guitarras, una flamante definición en los bajos y también una discriminación mucho más minuciosa de los elementos rítmicos y percusivos; palmas, panderetas, o el simple golpear de dos palillos entre sí. Otra decisión importante fue la de volver a sacar Please Please Me, With the Beatles, A Hard Day's Night y Beatles For Sale en estéreo. Escuchar, por ejemplo, el detalle de las guitarras líder y rítmica saliendo de uno y otro parlante en And I Love Her es un deleite.

El arte de los CDs respeta las portadas originales y mejora la gráfica con detalles de grabación de cada álbum y fotos de época. Cada CD trae, además, un pequeño documental que puede ser visto en cualquier computadora. Volviendo al tema estéreo versus monoaural, cuando los Beatles comenzaron a grabar en 1962, el típico tocadiscos adolescente tenía apenas un pequeño parlante y dos botones para volumen y tono, como nuestro Wincofón. Por eso, los discos pop se concebían primero para sonido monoaural y luego -si el artista lo justificaba- se hacía una mezcla estéreo para exquisitos. En atención a esta circunstancia, si bien estos remasters de los Beatles saldrán en estéreo, las mezclas monoaurales, desde Please Please Me hasta el Album Blanco y los Past Masters, se podrán obtener en una caja aparte que contiene los trece álbumes, con un arte que reproduce -en miniatura- el de los vinilos originales.

Parafraseando un adagio criollo, los Beatles cada día suenan mejor. (Fuente: Alfredo Rosso-Diario Clarín)

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